sábado, 8 de mayo de 2010

Sí, soy especulador ¿Y usted no?

Imagínense la siguiente situación: entra en un concesionario de automóviles multimarca y ve dos coches. Por un lado, un Renault 19 Diesel de 1992, con 65 CV de potencia y en un estado, por lo demás, bastante bueno. Por otro lado, un Porsche 911 Turbo nuevo, recién llegado de la fábrica alemana. Ambos coches tienen el mismo precio en este concesionario: 18.000 euros. Si ustedes buscan un poco por internet, podrán ver que el PVP recomendado del Porsche se acerca a los 164.600€. Si busca el precio del Renault, se encontrará con, como mucho, unos 1.500€. ¿Qué coche se comprarían ustedes? Sinceramente, yo lo tendría claro. Me compraría el Porsche, aunque tuviese que pedir prestado el dinero, lo disfrutaría unos días (pónganle unos 1.500 km.) y lo vendería por unos 135.000€. Entre gastos, intereses y comisiones, obtendría unos 110.000€ de beneficios. Según el diccionario de la R.A.E., sería un especulador.

Imagínense de nuevo el anterior concesionario. Imagínense que acudimos a él en el coche (cualquiera) que acabamos de comprar. El dueño nos vende el Porsche con la condición de que cuando nos quedemos sin el coche en el que hemos venido le compremos el Renault por los 18.000€. Realizamos la operación que indicamos más arriba, ganando 110.000€. Con esos 110.000€ nos vamos de viaje, vamos a los mejores restaurantes, compramos cosas innecesarias...en resumen, los dilapidamos. Una vez dilapidado, en la misma semana nos quedamos en paro y...estrellamos el coche, siniestro total. No nos pasa nada, pero, debido a la clausula que nos puso el vendedor, tenemos que gastarnos 18.000€, que no tenemos, en un coche que no vale más de 1.500. De repente, el idiota que nos había vendido un coche de 165.000€ por 18.000 pasa a ser el hijo de p... que nos ha vendido un coche de 1.500€ por 18.000€. Es decir, ha ganado un 1.100%. Pedazo de cab...

Más o menos, este último ejemplo se puede aplicar a lo que ha sucedido durante los últimos años entre los gobiernos europeos y los especuladores que operan en los mercados. El vendedor del concesionario serían los especuladores, ofreciendo lo bueno y lo malo que comporta actuar en los mercados, mientras que los gobiernos serían los compradores de los coches. El Porsche sería las épocas de bonanza de los mercados (si tomamos como ejemplo el Ibex 35, este índice obtuvo una rentabilidad del 202,17% entre octubre de 2002 y diciembre de 2007, lo que supone un T.A.E. del 15%; si vemos lo sucedido entre marzo de 2009 y enero de este año, la subida es del 79,53% ¡¡¡En 9 meses!!!) y el Renault, obviamente, las bajadas (un 57,44% entre diciembre de 2007 y marzo de 2009 y casi un 26% entre enero de este año y el pasado viernes).


Generalmente, se dice que un inversor es aquel que compra una serie de valores o activos financieros con el fin de mantenerlos a largo plazo, esperando obtener una rentabilidad acorde con el riesgo asumido en forma de dividendos, cupones y diferencia entre el precio de compra y de venta. El especulador sería aquel que, realizando la misma actividad, la realiza a un plazo más corto. Hablando mal y pronto, esa diferencia es una chorrada. Un inversor es aquel que, disponiendo de un capital, lo invierte en un negocio con el fin de desarrollarlo y controlar su gestión y/o los rendimientos principales derivados de su actividad. El resto, somos especuladores, a mayor o menor plazo. Visto desde este punto de vista, tan solo aquellos que acudiesen a las OPS (Oferta Pública de Suscripción, donde el dinero entra en la empresa) o a ampliaciones de capital, con el fin de mantener las acciones a largo plazo, serían inversores. Y déjenme que les confiese una cosa: de esos, hay muy pocos...

Los gobiernos europeos han iniciado una caza de brujas en contra de los "tiburones especuladores" que operan en los mercados financieros cuando el único pecado que han cometido es hacer de forma eficiente su trabajo, ya que han evaluado los riesgos que supone invertir en deuda europea y han estimado que los riesgos eran mayores de lo que estimaban hace unos meses, lo que implica que los países pagan más intereses por su deuda. Alguien dirá que esos "tiburones" son los mismos a los que los gobiernos inyectaron dinero de forma masiva hace unos meses; y es cierto... en parte. Porque, sin irnos de casa, nadie ha inyectado dinero ni en el Banco Santander ni en BBVA...ni en el Barclays en el Reino Unido...y estos son grandes actores del mercado. Y, al fin y al cabo, estos especuladores tienen un papel fundamental en los mercados, ya que son los que permiten que los mercados sean eficientes y los que hacen que los mercados suban y bajen de forma ordenada.

Los gobiernos europeos, y si me permiten un consejo, deberían de dejar de desviar la atención hacia los malos malísimos y centrarse en aportar e implementar soluciones para salir de esta crisis con los menores daños posibles. Y eso, de momento, y por desgracia, no está ocurriendo. Y eso lo reflejan los mercados, para bien y para mal.

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