martes, 30 de junio de 2009

Sorpresas dan los mercados...

El pasado fin de semana me sorprendía leer en el diario Expansión que la primera entidad intervenida en nuestro país, Caja Castilla La Mancha, no pagaría los intereses de sus participaciones preferentes y que, a cambio, recompraría dichas participaciones por su nominal.

Patidifuso me ha dejado, aunque por partida doble. Vayamos por partes.

De la lectura de la noticia, cualquier persona que esté al tanto de las noticias financieras podría pensar que alguien en CCM o en el Banco de España no está en sus cabales. Por definición, las entidades emisoras de preferentes abonan el cupón de estas siempre que la entidad haya obtenido beneficios. Lógicamente, debido a las pérdidas que obtuvo la entidad, no pagará los intereses este año. Pero, incluso aunque esta sea la primera vez que ocurre en 16 años, este no puede ser motivo para que la entidad recompre estas participaciones por su nominal cuando es la primera caja a la que se le ha inyectado dinero público y cuando esta compra, según la noticia, se hará a un valor “sustancialmente mayor que el de mercado”.

En mi opinión, dada la situación de la entidad, esta recompra debería de realizarse abonando una prima sobre su valor de mercado, pero no por el nominal, y más con los precedentes que existen (véase Banco Sabadell, entre otros). Supongamos que exista algún inversor que haya comprado participaciones a un 50% de su valor nominal. El beneficio obtenido por este inversor, sin contar con los pagos de intereses y a costa, en parte, del dinero de los contribuyentes, habría sido del 100%!!!

Esta medida solo estaría justificada en caso de que no hubiese existido ninguna operación de compra-venta durante toda la vida de estas participaciones, si hubiesen existido malas prácticas a la hora de realizar la colocación de las mismas (como venderlas como depósitos) y, por supuesto, en el caso de que la entidad no hubiese recibido ayudas estatales. Es más, si la CNMV velase realmente por los intereses de los inversores, esto sería lo habitual, al menos para aquellas emisiones colocadas mayoritariamente entre particulares.

Todo lo mencionado anteriormente tendría sentido si estos instrumentos cotizasen en mercados secundarios medianamente serios. Porque, claro, si uno investiga un poco los mercados de Renta Fija de nuestro país se da cuenta de que alguno de ellos es de república bananera. Y eso que ya lo había avisado d. Francisco Llinares. Pero, claro, uno lo lee y no se lo cree...hasta que lo ve con sus propios ojos.

Debido a la indignación que me producía la noticia, me dio por revisar la evolución de la emisión para comprobar hasta que punto los inversores podían haberse aprovechado de papá estado. La sorpresa para mi fue mayúscula. No solo no se habían podido aprovechar, sino que la operación era ventajosa para la Caja!! Mis disculpas al BdE y a CCM por mi cabreo mental y palo, palísimo de los duros a BME y a la CNMV.

A los primeros por mantener un mercado de renta fija privada (AIAF) digno de una república bananera, donde la manipulación de los precios es ostentosa y clara. Me cuesta mucho creer que se crucen operaciones por encima del 100% en más de la mitad de las emisiones de preferentes que cotizan. Y más con la que está cayendo.

Y a la CNMV por permitir que esto pase sin intervenir de una forma clara para permitir que en este mercado se formen los precios de una manera clara y transparente. Es lo mínimo que se le puede pedir. Porque, aunque en renta variable se produzcan manipulaciones en las cotizaciones, me cuesta mucho pensar en que una empresa pueda vender sus acciones a 100 cuando vale 10 y que, además, el “cuidador” de la acción se gaste todo su dinero para mantener su precio entre 100 y 101 durante 5 años. Vamos, que uno no se chupa el dedo....

martes, 23 de junio de 2009

Coberturas de tipos de interes (o cuando la bajada del Euribor es un problema...comercial)

La verdad es que los bancarios no ganan para sustos: morosidad, bonos de Lehman, estafa de Madoff...y lo que debería de ser un alivio para aquellos que les cuesta llegar a final de mes, la bajada de tipos de interés, se convierte en una pesadilla para los que vendieron en su día coberturas de tipos de interés, o como los llama alguna entidad, Clips. Y es que, como suele ser habitual, un buen producto mal gestionado suele traer cosas como estas...

Este tipo de productos se lanzaron a durante el anterior ciclo de bajada de tipos de interés y presentaban una novedad bastante interesante desde mi punto de vista: permitían realizar un control del coste de financiación de una empresa, intercambiando, no de manera exacta pero de forma aproximada, un coste variable ligado al Euribor por un coste fijo predeterminado y conocido por los clientes. Y funcionó de forma muy efectiva...hasta que los tipos de interés cayeron de forma abrupta a finales del pasado 2008. Desde entonces, y por la coincidencia con la profunda crisis que estamos padeciendo, se han transformado en instrumentos cargados por el diablo que sólo sirven para aumentar los costes financieros de las empresas y generar quebraderos de cabeza a los bancarios que trabajan en las oficinas. Y en este caso creo que están pagando por una situación que ellos no generaron.

No me cabe duda que habrá casos en los que el cliente fue literalmente timado por sus gestores. Pero estoy convencido de que en este caso son los menos, mejor dicho, los ínfimos. Porque el problema no ha sido su venta. Me consta que en un amplísimo porcentaje de las ventas se advertía de que, en caso de bajada de tipos de interés, el cliente tendría que asumir los cargos generados por la bajada de tipos.

El gran problema, y más en un entorno como el actual, es que muchas de las entidades que comercializan estos productos no quisieron sacrificar los beneficios que generaban (alguien me comentó que sólo el beneficio generado por los clips pagaba los sueldos de toda su organización) a cambio de una menor morosidad, una buena gestión y un beneficio futuro...que ya nadie ganará. Porque la bajada de tipos de interés nos cogió por sorpresa a algunos cuantos, pero me extraña mucho que un departamento de análisis de cualquier entidad de tamaño medio no anticipara una caída semejante.

Y es que, si se hubiese recomendado la venta de estas coberturas en septiembre del pasado año, se habrían generado beneficios para los clientes, reduciendo la morosidad de las entidades (¿Quién va a pagar esos cargos si algunas empresas no pueden ni pagar sus refinanciaciones...?), generando una mayor confianza en sus clientes , ahorrándose quebraderos de cabeza y mala reputación y generando un caldo de cultivo perfecto para volver a vender coberturas en este momento, con unos tipos en mínimos. Obviamente, esto no ha pasado y las entidades comercializadoras se encontrarán con que los beneficios generados por estos productos se reducirán a medida que vayan venciendo las estructuras vendidas, ya que estoy seguro de que la mala publicidad generada condicionará la venta de futuras estructuras.

Es una lástima que algunas entidades tropiecen una segunda vez con un pedrusco semejante (varios departamentos de Banca Privada se vieron afectados por la quiebra de Lehman, a diferencia de entidades como Barclays, donde la entidad norteamericana estaba vetada como contrapartida para bonos estructurados). Veremos el efecto que el revuelo mediatico y legal que estos productos tendrán en las cuentas y en, lo que es más dificil de recuperar, la reputación de estas entidades.

martes, 16 de junio de 2009

Preferentes, ¿duros a cuatro pesetas...?

Hemos asistido en las últimas semanas a una especie de carrera por ver qué entidad conseguía “colocar” un mayor importe de participaciones preferentes, carrera en la que, por una vez, y sin que sirva de precedente (no sea que alguien se enfade...), ha participado la CNMV para advertir a los inversores de los riesgos que toman al comprar estos instrumentos y a las entidades respecto a los métodos que practican para venderlos.

Lo cierto es que estos instrumentos, en un momento dado, pueden ser muy interesantes para diversificar riesgos en determinadas carteras, pero, sinceramente, dudo que puedan ser objeto de colocaciones masivas para el público en general. Basta con echar un pequeño vistazo al apartado Renta Fija del blog de Francisco Llinares (experto analista técnico), cuyo enlace se encuentra en este blog, para convencerse de ello. Si uno busca en el mercado, seguro que encuentra emisiones similares a las que se están vendiendo y con precios ostensiblemente inferiores al nominal de colocación inicial. En pocas palabras, las entidades venden a 5 unas emisiones similares a otras que puedes encontrar a 3.

El gran problema de esta situación es que estoy convencido de que, en muchos casos, la fuerza comercial de estas entidades están obviando elementos tan importantes como que son inversiones perpetuas, ya que sólo vencen en el caso de que la propia entidad quiera amortizarlas, que no siempre pagan el cupón, ya que sólo lo hacen en el caso de que exista beneficios, lo cual, si siguen así las cosas, podría suceder, o que sus titulares son los penúltimos en cobrar, sólo por delante de los accionistas, punto este interesante después de ver casos como Lehman, CCM o cualquiera de las múltiples intervenciones de bancos a nivel internacional.

Con este panorama, dentro de unos años podremos encontrarnos con que un elevadísimo número de inversores habrán perdido una parte importante de su patrimonio. Porque, pese al atractivo de los tipos de interés ofertados, bastante por encima de lo que puede encontrarse actualmente en el mercado de depósitos, el inversor pueden encontrarse con que la entidad amortice su emisión a un precio sensiblemente inferior al precio de colocación. Que se lo digan a algunos accionistas preferentes del Banco Sabadell...

Sinceramente, con la que está cayendo, uno puede comprender que las entidades hagan todo lo posible por mejorar su situación. Es más, es su deber. Pero esta obligación de las entidades creo que no debe practicarse a costa de una política de tierra quemada, ya que es fundamental que cualquier producto financiero sea vendido tras un análisis de su idoneidad para el cliente. Y estoy convencido de que en muchos casos, esto no ha sido así

En todo caso, no deja de rondarme una pregunta. Si estas emisiones se hubiesen colocado a grandes inversores (fondos de inversión, planes de pensiones, etc.), ¿se habrían emitido en las mismas condiciones? Particularmente, creo que no...