Y ante esta situación, caben varias posturas. Una de ellas es la mantenida tanto por el gobernador del BdE como por otros sectores: parchear el actual sistema para llevarlo lo más lejos posible en el tiempo. Partiendo de la base de que el modelo es insostenible, no me parece una buena idea. Creo que la mejor solución para un problema es, siempre, atacarlo de raíz y no alargarlo con soluciones que funcionan hasta que dejan de hacerlo. Eso sin mencionar factores como el hecho de que en ciertos sectores económicos (todos aquellos que impliquen un intenso esfuerzo físico de los trabajadores) podría aumentar considerablemente la siniestralidad laboral como consecuencia de aumentar la edad de jubilación (evidentemente, una persona no tiene la misma capacidad física a los 50 que a los 67...).
Otra postura es plantear un modelo alternativo al ya existente, creando un sistema mixto publico-privado. Manteniendo una política de cuotas, podría retenerse un porcentaje de la misma para el sistema público, destinando parte a la sustitución paulatina del modelo actual y parte al sostenimiento de un sistema público para aquellos segmentos de población con mayor riesgo de exclusión social. El resto, estaría destinado a generar un sistema privado. Este sistema privado estaría orientado a cubrir las tres contingencias que cubre nuestro modelo actual: jubilación, a través de los planes de pensiones, sanidad, a través de seguros médicos y desempleo, a través de la creación de seguros de desempleo que cubriesen esta contingencia.
Con este sistema, cada persona podría gestionar individualmente estas coberturas, aunque todas fuesen de carácter obligatorio, disponiendo de los servicios que cada uno ha generado a través de su vida laboral, y no manteniendo un sistema que me recuerda a un episodio financiero reciente...
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