miércoles, 4 de noviembre de 2009

Un cambio de rumbo imprescindible

Si uno se para a ojear la prensa económica de nuestro país de los últimos meses, podrá comprobar que, más allá de una situación convulsa en el sector financiero patrio, propiciada por la brutal crisis que hemos padecido y padecemos, tenemos un sector en concreto que está pasando por un momento crítico; no en el sentido de necesitar operaciones a vida o muerte, que algún caso hay, sino más bien de necesitar un cambio profundo, una catarsis para afrontar los retos futuros con una saludable fortaleza. Este sector es el de las cajas de ahorro.

El pasado fin de semana ojeaba en El País un muy interesante artículo donde se presenta la situación actual de estas entidades y los posibles planteamientos de futuro para mejorar la gestión de estos elementos básicos del sistema. Y , sinceramente, creo que merece la pena entrar a analizar y valorar estos últimos.

Sin duda alguna, coincido plenamente con el planteamiento de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA): es imprescindible eliminar las injerencias políticas en la gestión de estas entidades. Sin entrar a valorar en detalle casos como la vergonzosa trifulca política provocada por el Partido Popular con motivo de la renovación de la cúpula de Caja Madrid (que se califica por sí sola), todo el mundo sabe que en una gran mayoría de casos las cajas de ahorro han sido un juguete financiero perfecto para que los políticos acometiesen toda clase de proyectos, sin entrar a valorar su viabilidad financiera ni los riesgos en los que se incurrían, y beneficiando, en algunos casos a personajes afines a los poderes locales.

Sirvan como ejemplo dos casos bien distintos pero muy similares: CajAstur es el principal (por no decir único) financiador de la nueva Área Residencial de Roces, megaproyecto de (en su mayoría) vivienda pública auspiciado por el Gobierno del Principado de Asturias. Por otro lado, y esto si es muy flagrante, el presidente de Caja España es, a su vez, dueño de un gran grupo promotor y constructor local. Y, claro, lógicamente, con la que está cayendo, a principios de 2009 varias empresas de este grupo duplicaron las lineas de crédito y avales que mantienen con Caja España. Estoy convencido de que han hecho lo mismo con otras constructoras leonesas, ¿verdad...?

Por tanto, y para evitar casos como el de CCM (cuyo proceso de adjudicación tampoco es que haya sido especialmente transparente), CajaSur (abocada por su situación a la fusión con Unicaja), Caixa Catalunya (caso similar al de CajaSur) u otras cajas con graves ratios de morosidad, es imprescindible sacar de la gestión de estas entidades a los poderes políticos. La propuesta que realizan desde Analistas Financieros Internacionales (AFI) es muy interesante, y puede ser complementada.

Una de esas medidas que podrían complementar la ya indicada desde AFI sería la transformación de las cajas de ahorro en holdings (virtuales), separando y haciendo independientes los tres grandes "negocios" de las cajas: la obra social, la corporación industrial y el negocio puramente bancario.

Las obras sociales podrían transformarse en fundaciones, donde se ejercería el control social (lease control político) de los beneficios sociales generados por las otras dos ramas del holding. Estas fundaciones se financiarían (exclusivamente) con unos porcentajes fijos (lo lógico sería establecer entre un 25% y 50%) sobre los beneficios tanto de las corporaciones industriales como del negocio bancario. Estas fundaciones serían los accionistas de referencia de ambos negocios aunque no deberían de poder ejercer un poder absoluto sobre ellos, ya que de ese modo caeríamos en los mismos errores actuales. En este marco, la emisión de cuotas participativas con derechos políticos propuesta por AFI es básica.

Con respecto a las corporaciones industriales, estas deberían de englobar toda la cartera de empresas participadas excluyendo el negocio bancario: desde compañías de seguros a inmobiliarias pasando por lineas aéreas, energéticas, etc. Lo más beneficioso sería que estas corporaciones cotizasen en bolsa, como ya lo hace Criteria, ya que de esta forma, aparte de gestionar proyectos clave desde un punto de vista político, estarían obligadas a que las inversiones realizadas fuesen rentables, y no solo con el fin de financiar la obra social de las fundaciones.

Finalmente, el negocio bancario podría transformarse en Bancos "per se", aunque sinceramente creo que sería muy beneficioso darle un giro a la orientación del negocio que actualmente realizan las cajas. Como dice un tal Emilio Botín, que, estarán conmigo, de esto sabe algo, en el negocio bancario es necesario volver a lo básico. En el caso de las cajas de ahorro, esta necesidad casi se convierte en obligación. Si chirría el hecho de que entidades de solvencia contrastada se vean envueltos en problemas como el de las coberturas de tipos de interés (ya comentadas en este blog) o el de la venta de bonos basura, el hecho de que haya al menos once cajas de ahorro cuyos clientes se quejan de las coberturas de tipos que estas les han vendido y al menos otras cuatro (directamente o a través de sus divisiones (Bancos) de Banca Privada) cuyos clientes se quejan de los bonos basura (de Lehman Brothers o los bancos islandeses) que les vendieron.

Es necesario que el negocio bancario de las cajas de ahorro vuelvan a la venta de productos tradicionales, con una adecuada gestión de los riesgos y un buen asesoramiento, de forma que problemas como los anteriormente descritos no vuelvan a repetirse. Quizás deberían de aplicar la máxima de vender los mismos productos al que tiene 50€ y al que tiene 50 millones, adaptándose a cada circunstancia. En definitiva, volver a ser las entidades que eran, pero con el tamaño necesario para poder afrontar los desafíos que ha generado la crisis financieras.

martes, 22 de septiembre de 2009

SICAV, un ¿mal? necesario...

En los últimos meses asistimos a un debate interesante respecto al rumbo que ha de tomar la política ecónomica en nuestro país y en un entorno tan complicado como es el actual. Dentro de este debate, sobresale, desde un punto de vista bancario, el aspecto de la tributación de las SICAV.

Ningún ecónomista discute que los impuestos directos son más "justos" desde un punto de vista social que los indirectos, ya que con los primeros paga más quien más gana. Por tanto, con una subida de impuestos a la vista, lo justo sería que dicha subida afectase más a los más ricos. Y es en este punto donde aparecen las SICAV (acrónimo de Sociedad de Inversión de Capital Variable).

Una SICAV no deja de ser un fondo de inversión hecho a la medida de un gran patrimonio, aunque con ciertas limitaciones. Para poder constituir una es necesario tener un mínimo de 2,4 millones de euros y, así mismo, debe de existir un mínimo de 100 accionistas. Para una gran fortuna, el primer requisito no es ningún problema. El segundo requisito puede ser más complicado, aunque si uno no tiene 100 familiares o amigos que quieran meterse en esta aventura inversora siempre puede pedirle consejo a la entidad gestora para que encuentre alguna alma caritativa dispuesta a aportar su nombre y un capital ínfimo para que la sociedad salga adelante. Y todo esto, ¿para qué?

Pues simple y llanamente para diferir y reducir a su mínima expresión el pago de impuestos. El funcionamiento en este setido es muy simple. Como cualquier Institución de Inversión Colectiva (IIC), las SICAV sólo paga un 1% de los beneficios que genera y los accionistas de estas IIC pagan en su IRPF un 18% de los rendimientos obtenidos siempre y cuando se vendan las participaciones. Simple y llanamente. A modo de ejemplo, cualquier ciudadano sujeto al pago del IRPF pagará un 18% de los rendimientos obtenidos en instrumentos de ahorro (cuentas, depósitos, cupones de bonos, venta de participaciones en fondos de inversión, acciones o instrumentos de renta fija, etc.), mientras que el propietario de la SICAV sólo pagará un 1% de sus beneficios, ya que estas inversiones se realizaran a través de la sociedad. Es decir, con una buena planificación los propietarios de las SICAV pagarían ese 18% dentro de unas cuantas decadas...Y, entonces, ¿por qué el gobierno permite esta aberración fiscal?

Pues, simple y llanamente, porque vale más recaudar sólo un 1% del beneficio de todas estas grandes fortunas que no recaudar nada, ya que en el momento en el que el gobierno aumente la carga tributaria de estas sociedades los dueños no creo que se lo piensen dos veces: trasladarán sus sociedades, y con ellas sus fortunas, a cualquier paraíso fiscal que les dé la bienvenida. Y, cosas de la vida, en la zona Euro (si hablamos de Europa hay unos cuantos más) hay dos, Irlanda y, sobre todo, Luxemburgo, por lo que nadie podría ponerles el más mínimo problema, en virtud del libre movimiento de capitales dentro de la UE.

Por tanto, y en mi modesta opinión, el problema ético que representan las SICAV, para un gobierno dispuesto a subir los impuestos en un momento de crisis como el actual, seguirá manteniéndose en tanto no exista un consenso mundial para la eliminación total y absoluta de los paraísos fiscales. Y esta situación, en mi modesta opinión, no se puede dar, ya que los primeros interesados en la existencia de estos son las entidades financieras de todo el mundo, ya que son el mejor reclamo para obtener la gestión de las grandes fortunas mundiales. Y si no lo creen, plantéense la siguiente cuestión. Llevamos tres grandes reuniones del G-20 para tratar la crisis en la que estamos inmersos (Washington, Londres y Pittsburgh). En todas ellas ha habido dos temas estrella en los que los países han fracasado estrepitosamente, la regulación mundial de los mercados financieros (todo sigue exactamente igual que hace 2 años y medio) y la regulación de los paraísos fiscales (algo se ha avanzado, pero siguen funcionando de manera más o menos impune).

Y eso que son los países más poderosos del planeta...

viernes, 18 de septiembre de 2009

Banca y ética ¿Dos palabras incompatibles?

Hablando con un buen amigo surgió el término que da título al post. "¿Banca y ética en la misma frase? Esos dos términos son incompatibles..." Sin lugar a dudas, su frase resume una creencia generalizada dentro de nuestra sociedad.

Sin embargo, ambas palabras son compatibles y dan lugar a un segmento de mercado que en Europa tiene cierta tradición, que desde hace unos años está implantada en nuestro país y que, poco a poco va haciéndose hueco.

La oferta de este tipo de entidades suele ser sencilla: nada de complejos productos estructurados, ni derivados... En la parte de ahorro, tan solo cuentas corrientes o de ahorro, depósitos y, como productos más arriesgados, certificados de deposito de acciones y, próximamente, fondos de inversión. En la parte de financiación, el único producto que se puede obtener es una tarjeta de crédito, eso sí, previa constitución de un depósito que garantice la linea de crédito otorgada por la entidad (cuando oí hablar de este trámite me pareció engorroso, aunque, si uno lo piensa bien, si todas las entidades financieras hubiesen echo lo mismo probablemente se hubiesen ahorrado algún que otro quebradero de cabeza, especialmente las fuerzas comerciales...). Los productos anteriormente señalados pueden ser contratados por cualquier persona, física o jurídica. Sin embargo, no son los únicos que comercializan estas entidades.

Aparte de las ya comentadas tarjetas de crédito, estas entidades poseen distintos productos para financiarse. Sin embargo, para poder acceder a ellos es necesario cumplir con la política ética de la entidad, lo que garantiza el carácter ético y social de estas entidades, garantizando, a su vez, la financiación a proyectos económicos viables, de carácter social, cultural o medioambiental. Este es quizás el punto que diferencia a estas entidades de sus competidoras más cercanas, las Cajas de Ahorro.

Las Cajas funcionan como lo hace cualquier banco, financiando todo tipo de proyectos y captando todo el capital que puede. Lo único que lo diferencia de los bancos es el destino de sus beneficios, ya que la parte que no refuerza sus fondos propios va destinada íntegramente a la obra social de estas entidades. En el caso de la banca ética, la entidad tiene ánimo de lucro y una base accionarial, lo que le obliga a generar beneficios. Pero esta generación de beneficios esta condicionada por la ética en la concesión de financiación, lo que implica no sólo un beneficio económico sino también un beneficio social.

En España, las entidades que participan en este segmento (siendo las más reconocidas Fiare, agente en España del italiano Banca Popolare Etica , y Triodos Bank, banco holandés líder europeo) tienen un gran reto por delante, que es el incrementar su visibilidad, si bien parten con unas buenas bases: por un lado, el no competir "cuerpo a cuerpo" con las grandes entidades, ya que no funcionan como el banco del día a día y están especializados en un segmento de la economía que las grandes entidades no tienen como prioridad; por otro lado, la calidad de los productos que ofrecen es buena, ofertando rentabilidades por encima del euribor, y tienen un potencial de desarrollo de productos bastante elevado, ya que cada vez existe una mayor concienciación respecto al destino que se le da a nuestro dinero.

Todo ello le otorga un futuro esperanzador a este segmento.

martes, 30 de junio de 2009

Sorpresas dan los mercados...

El pasado fin de semana me sorprendía leer en el diario Expansión que la primera entidad intervenida en nuestro país, Caja Castilla La Mancha, no pagaría los intereses de sus participaciones preferentes y que, a cambio, recompraría dichas participaciones por su nominal.

Patidifuso me ha dejado, aunque por partida doble. Vayamos por partes.

De la lectura de la noticia, cualquier persona que esté al tanto de las noticias financieras podría pensar que alguien en CCM o en el Banco de España no está en sus cabales. Por definición, las entidades emisoras de preferentes abonan el cupón de estas siempre que la entidad haya obtenido beneficios. Lógicamente, debido a las pérdidas que obtuvo la entidad, no pagará los intereses este año. Pero, incluso aunque esta sea la primera vez que ocurre en 16 años, este no puede ser motivo para que la entidad recompre estas participaciones por su nominal cuando es la primera caja a la que se le ha inyectado dinero público y cuando esta compra, según la noticia, se hará a un valor “sustancialmente mayor que el de mercado”.

En mi opinión, dada la situación de la entidad, esta recompra debería de realizarse abonando una prima sobre su valor de mercado, pero no por el nominal, y más con los precedentes que existen (véase Banco Sabadell, entre otros). Supongamos que exista algún inversor que haya comprado participaciones a un 50% de su valor nominal. El beneficio obtenido por este inversor, sin contar con los pagos de intereses y a costa, en parte, del dinero de los contribuyentes, habría sido del 100%!!!

Esta medida solo estaría justificada en caso de que no hubiese existido ninguna operación de compra-venta durante toda la vida de estas participaciones, si hubiesen existido malas prácticas a la hora de realizar la colocación de las mismas (como venderlas como depósitos) y, por supuesto, en el caso de que la entidad no hubiese recibido ayudas estatales. Es más, si la CNMV velase realmente por los intereses de los inversores, esto sería lo habitual, al menos para aquellas emisiones colocadas mayoritariamente entre particulares.

Todo lo mencionado anteriormente tendría sentido si estos instrumentos cotizasen en mercados secundarios medianamente serios. Porque, claro, si uno investiga un poco los mercados de Renta Fija de nuestro país se da cuenta de que alguno de ellos es de república bananera. Y eso que ya lo había avisado d. Francisco Llinares. Pero, claro, uno lo lee y no se lo cree...hasta que lo ve con sus propios ojos.

Debido a la indignación que me producía la noticia, me dio por revisar la evolución de la emisión para comprobar hasta que punto los inversores podían haberse aprovechado de papá estado. La sorpresa para mi fue mayúscula. No solo no se habían podido aprovechar, sino que la operación era ventajosa para la Caja!! Mis disculpas al BdE y a CCM por mi cabreo mental y palo, palísimo de los duros a BME y a la CNMV.

A los primeros por mantener un mercado de renta fija privada (AIAF) digno de una república bananera, donde la manipulación de los precios es ostentosa y clara. Me cuesta mucho creer que se crucen operaciones por encima del 100% en más de la mitad de las emisiones de preferentes que cotizan. Y más con la que está cayendo.

Y a la CNMV por permitir que esto pase sin intervenir de una forma clara para permitir que en este mercado se formen los precios de una manera clara y transparente. Es lo mínimo que se le puede pedir. Porque, aunque en renta variable se produzcan manipulaciones en las cotizaciones, me cuesta mucho pensar en que una empresa pueda vender sus acciones a 100 cuando vale 10 y que, además, el “cuidador” de la acción se gaste todo su dinero para mantener su precio entre 100 y 101 durante 5 años. Vamos, que uno no se chupa el dedo....

martes, 23 de junio de 2009

Coberturas de tipos de interes (o cuando la bajada del Euribor es un problema...comercial)

La verdad es que los bancarios no ganan para sustos: morosidad, bonos de Lehman, estafa de Madoff...y lo que debería de ser un alivio para aquellos que les cuesta llegar a final de mes, la bajada de tipos de interés, se convierte en una pesadilla para los que vendieron en su día coberturas de tipos de interés, o como los llama alguna entidad, Clips. Y es que, como suele ser habitual, un buen producto mal gestionado suele traer cosas como estas...

Este tipo de productos se lanzaron a durante el anterior ciclo de bajada de tipos de interés y presentaban una novedad bastante interesante desde mi punto de vista: permitían realizar un control del coste de financiación de una empresa, intercambiando, no de manera exacta pero de forma aproximada, un coste variable ligado al Euribor por un coste fijo predeterminado y conocido por los clientes. Y funcionó de forma muy efectiva...hasta que los tipos de interés cayeron de forma abrupta a finales del pasado 2008. Desde entonces, y por la coincidencia con la profunda crisis que estamos padeciendo, se han transformado en instrumentos cargados por el diablo que sólo sirven para aumentar los costes financieros de las empresas y generar quebraderos de cabeza a los bancarios que trabajan en las oficinas. Y en este caso creo que están pagando por una situación que ellos no generaron.

No me cabe duda que habrá casos en los que el cliente fue literalmente timado por sus gestores. Pero estoy convencido de que en este caso son los menos, mejor dicho, los ínfimos. Porque el problema no ha sido su venta. Me consta que en un amplísimo porcentaje de las ventas se advertía de que, en caso de bajada de tipos de interés, el cliente tendría que asumir los cargos generados por la bajada de tipos.

El gran problema, y más en un entorno como el actual, es que muchas de las entidades que comercializan estos productos no quisieron sacrificar los beneficios que generaban (alguien me comentó que sólo el beneficio generado por los clips pagaba los sueldos de toda su organización) a cambio de una menor morosidad, una buena gestión y un beneficio futuro...que ya nadie ganará. Porque la bajada de tipos de interés nos cogió por sorpresa a algunos cuantos, pero me extraña mucho que un departamento de análisis de cualquier entidad de tamaño medio no anticipara una caída semejante.

Y es que, si se hubiese recomendado la venta de estas coberturas en septiembre del pasado año, se habrían generado beneficios para los clientes, reduciendo la morosidad de las entidades (¿Quién va a pagar esos cargos si algunas empresas no pueden ni pagar sus refinanciaciones...?), generando una mayor confianza en sus clientes , ahorrándose quebraderos de cabeza y mala reputación y generando un caldo de cultivo perfecto para volver a vender coberturas en este momento, con unos tipos en mínimos. Obviamente, esto no ha pasado y las entidades comercializadoras se encontrarán con que los beneficios generados por estos productos se reducirán a medida que vayan venciendo las estructuras vendidas, ya que estoy seguro de que la mala publicidad generada condicionará la venta de futuras estructuras.

Es una lástima que algunas entidades tropiecen una segunda vez con un pedrusco semejante (varios departamentos de Banca Privada se vieron afectados por la quiebra de Lehman, a diferencia de entidades como Barclays, donde la entidad norteamericana estaba vetada como contrapartida para bonos estructurados). Veremos el efecto que el revuelo mediatico y legal que estos productos tendrán en las cuentas y en, lo que es más dificil de recuperar, la reputación de estas entidades.

martes, 16 de junio de 2009

Preferentes, ¿duros a cuatro pesetas...?

Hemos asistido en las últimas semanas a una especie de carrera por ver qué entidad conseguía “colocar” un mayor importe de participaciones preferentes, carrera en la que, por una vez, y sin que sirva de precedente (no sea que alguien se enfade...), ha participado la CNMV para advertir a los inversores de los riesgos que toman al comprar estos instrumentos y a las entidades respecto a los métodos que practican para venderlos.

Lo cierto es que estos instrumentos, en un momento dado, pueden ser muy interesantes para diversificar riesgos en determinadas carteras, pero, sinceramente, dudo que puedan ser objeto de colocaciones masivas para el público en general. Basta con echar un pequeño vistazo al apartado Renta Fija del blog de Francisco Llinares (experto analista técnico), cuyo enlace se encuentra en este blog, para convencerse de ello. Si uno busca en el mercado, seguro que encuentra emisiones similares a las que se están vendiendo y con precios ostensiblemente inferiores al nominal de colocación inicial. En pocas palabras, las entidades venden a 5 unas emisiones similares a otras que puedes encontrar a 3.

El gran problema de esta situación es que estoy convencido de que, en muchos casos, la fuerza comercial de estas entidades están obviando elementos tan importantes como que son inversiones perpetuas, ya que sólo vencen en el caso de que la propia entidad quiera amortizarlas, que no siempre pagan el cupón, ya que sólo lo hacen en el caso de que exista beneficios, lo cual, si siguen así las cosas, podría suceder, o que sus titulares son los penúltimos en cobrar, sólo por delante de los accionistas, punto este interesante después de ver casos como Lehman, CCM o cualquiera de las múltiples intervenciones de bancos a nivel internacional.

Con este panorama, dentro de unos años podremos encontrarnos con que un elevadísimo número de inversores habrán perdido una parte importante de su patrimonio. Porque, pese al atractivo de los tipos de interés ofertados, bastante por encima de lo que puede encontrarse actualmente en el mercado de depósitos, el inversor pueden encontrarse con que la entidad amortice su emisión a un precio sensiblemente inferior al precio de colocación. Que se lo digan a algunos accionistas preferentes del Banco Sabadell...

Sinceramente, con la que está cayendo, uno puede comprender que las entidades hagan todo lo posible por mejorar su situación. Es más, es su deber. Pero esta obligación de las entidades creo que no debe practicarse a costa de una política de tierra quemada, ya que es fundamental que cualquier producto financiero sea vendido tras un análisis de su idoneidad para el cliente. Y estoy convencido de que en muchos casos, esto no ha sido así

En todo caso, no deja de rondarme una pregunta. Si estas emisiones se hubiesen colocado a grandes inversores (fondos de inversión, planes de pensiones, etc.), ¿se habrían emitido en las mismas condiciones? Particularmente, creo que no...

miércoles, 27 de mayo de 2009

Un debate urgente


Controversia. Esa es la palabra que se le viene a la cabeza a cualquiera cuando sale a la palestra el debate sobre la viabilidad del modelo actual de la Seguridad Social. Hace algo más de un mes podíamos escuchar la recomendación de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, de alargar la edad de jubilación y el periodo de cálculo de las pensiones, a la que siguieron múltiples declaraciones, las más criticándolas, las menos defendiéndolas.

Si algo tengo claro, es que a la vista de una pirámide de población como la que tenemos ni yo ni mucha de la gente que conozco cobraremos una pensión del estado. Con ella, queda claro que el modelo actual es total, completa y absolutamente insostenible. No hay sistema de reparto que aguante esta situación sin permitir la libre circulación de personas, medida que dudo que se aplique (aunque cabe recordar que esta, junto al libre movimiento de bienes y capitales, es la base del liberalismo económico ¿A cuantos lideres liberales y capitalistas se les ha olvidado este punto...?). Por ello, es muy importante que, pese a que este sea un tema que incomoda al gobierno, sindicatos y otros segmentos de nuestra sociedad es imprescindible abrir este debate y hacerlo lo antes posible, ya que cuanto más tiempo pase, menor será la capacidad de reacción de nuestro sistema.

Y ante esta situación, caben varias posturas. Una de ellas es la mantenida tanto por el gobernador del BdE como por otros sectores: parchear el actual sistema para llevarlo lo más lejos posible en el tiempo. Partiendo de la base de que el modelo es insostenible, no me parece una buena idea. Creo que la mejor solución para un problema es, siempre, atacarlo de raíz y no alargarlo con soluciones que funcionan hasta que dejan de hacerlo. Eso sin mencionar factores como el hecho de que en ciertos sectores económicos (todos aquellos que impliquen un intenso esfuerzo físico de los trabajadores) podría aumentar considerablemente la siniestralidad laboral como consecuencia de aumentar la edad de jubilación (evidentemente, una persona no tiene la misma capacidad física a los 50 que a los 67...).

Otra postura es plantear un modelo alternativo al ya existente, creando un sistema mixto publico-privado. Manteniendo una política de cuotas, podría retenerse un porcentaje de la misma para el sistema público, destinando parte a la sustitución paulatina del modelo actual y parte al sostenimiento de un sistema público para aquellos segmentos de población con mayor riesgo de exclusión social. El resto, estaría destinado a generar un sistema privado. Este sistema privado estaría orientado a cubrir las tres contingencias que cubre nuestro modelo actual: jubilación, a través de los planes de pensiones, sanidad, a través de seguros médicos y desempleo, a través de la creación de seguros de desempleo que cubriesen esta contingencia.

Con este sistema, cada persona podría gestionar individualmente estas coberturas, aunque todas fuesen de carácter obligatorio, disponiendo de los servicios que cada uno ha generado a través de su vida laboral, y no manteniendo un sistema que me recuerda a un episodio financiero reciente...




jueves, 21 de mayo de 2009

Si quieres fondos, recorta oficinas...

Malos tiempos para los bancarios. Esto es lo que se puede desprender de la noticia que leía esta mañana, donde nuestra flamante ministra de economía advertía que quien quiera fondos de rescate, que recorte personal...quiero decir, oficinas (que esta el INEM vacío).

Lo cierto es que la ministra tiene razón: 12 oficinas por cada 10.000 habitantes son demasiadas oficinas. ¿Lo son? Eso depende del tipo de banca que se quiera fomentar. Me explico.

Si lo que se pretende es prestar un asesoramiento financiero a los clientes, de tal manera que estos obtengan los productos que realmente necesitan, lo cierto es que sobran sucursales. Si uno analiza la estructura de oficinas de algunas entidades en los segmentos de banca privada, personal, empresas o incluso PYMES se observa que, con un buen planteamiento, un equipo comercial con buena formación y un back office eficiente y comprometido se puede desarrollar el negocio bancario sin necesidad de contar con 1 oficina por cada 10.000 habitantes. Incluso en banca de particulares tenemos ejemplos de entidades que, sin necesidad de tener si quiera oficinas físicas han desarrollado con éxito su modelo en España.

El problema surge cuando lo que se pretende es colocar productos, con independencia de las necesidades de los clientes, como ocurre por lo general en la banca de particulares. En este modelo de banca lo importante no es la eficiencia ni el conocimiento que la fuerza comercial tiene de los productos, sino el número de comerciales -y por extensión oficinas- que la entidad tiene, ya que a mayor número de comerciales mayor probabilidad de colocar el producto (el que sea). Como decía un ex-jefe mío, lo que necesito no son comerciales bancarios, sino vendedores de enciclopedias. Y, actualmente, la necesidad de recursos que tienen la gran mayoría de las entidades obliga a que se capten esos recursos de la forma que sea, incluso dejando de lado los posibles riesgos que, por ejemplo, las participaciones preferentes pueden tener. Después algunos llorarán, como hicieron cuando quebró Lehman Brothers, se descubrió la estafa Madoff o se comercializó sin control los swaps, coberturas de tipos o como quiera que se llamen.

Por tanto, asumiendo que sobran oficinas, el gran problema no es este, sino el modelo de banca que cada entidad quiere desarrollar. Y, mientras que prime el resultado a corto plazo sobre un desarrollo de negocio a largo plazo, sobrarán oficinas y sobrará fuerza comercial. Porque, al final, lo que importa es tener contento al accionista y, sobre todo, tener un puesto lo más arriba posible para ver los problemas desde la barrera...

martes, 19 de mayo de 2009

¿Usura o relación riesgo-coste?

Cualquiera que siga los informativos pudo leer la pasada semana las declaraciones del presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos, Lorenzo Amor, quejándose de las elevadas condiciones que bancos y cajas ponen a la financiación del segmento que defiende, calificándolas de usura.

Evidentemente, según la A.T.A., la culpa, como no puede ser de otra forma, es de la banca. ¿O quizás sea también de los clientes? Analicemos lo que ha pasado en los últimos años.

Las condiciones que se aplican a cualquier operación bancaria vienen dadas por un diferencial sobre el Euribor (principal índice de referencia para tipos de interés) más unas comisiones que se aplican según el tipo de operación que se realice. En teoría, tanto las comisiones como, sobre todo, el diferencial aplicado al Euribor tienen una relación directa con el riesgo que asume la entidad al realizar la operación. Este riesgo depende, a su vez, del tipo de operación que se vaya a realizar (a modo de ejemplo, una póliza de crédito tiene más riesgo que una linea de descuento o un préstamo hipotecario) y de la situación financiera y patrimonial del cliente, siendo el mercado quien marca esa relación riesgo-beneficio. Al menos, eso dice la teoría financiera.

Durante los años previos al estallido de la crisis se pudo observar como los diferenciales aplicados a operaciones, sobre todo a nivel de PYMES, se han ido reduciendo considerablemente, sin tener esto nada que ver con una reducción en el riesgo asumido con las entidades. Así, era curioso observar como una empresa, con un balance, un patrimonio, una base de clientes y una operativa similares podía financiarse de forma más barata en Madrid que en Valencia, por poner dos ejemplos. Incluso, si se acercaba a, por ejemplo, Asturias, los costes eran incluso inferiores a los de Madrid. Y en estas diferencias nada tenía que ver el mercado... o casi nada.

Los diferenciales aplicados hasta el estallido de la crisis tenían bastante más que ver con la oferta bancaria que existía en cada zona que con el riesgo asumido por las entidades. Así, por ejemplo, en Asturias el número de empresas era muy bajo en relación al número de sucursales bancarias que les ofertaban sus servicios, mientras que en Valencia podía darse el caso contrario, de ahí la diferencia.

Con la crisis, las entidades financieras han revisado sustancialmente al alza esos diferenciales hasta niveles que nunca vistos con el Euro. Esta revisión, dado por supuesto lo anterior, se ha realizado de forma casi indiscriminada, aunque ha afectado más a aquellas empresas que depende más del endeudamiento que de sus recursos propios.

¿Y el problema es esta subida de diferenciales? Rotundamente, no. La situación pre-crisis ha facilitado mucho dinero barato a quién no se lo “merecía”, generando un modelo de crecimiento basado en el endeudamiento. Este modelo, como se ha visto, es insostenible. El problema ha sido el juego en el que han entrado tanto entidades como clientes que ha generado una deficiente asunción de riesgos por parte de ambos agentes.

¿Y la solución? Es complicado, aunque, en mi opinión, para evitar que pueda volver a pasar esto en el futuro ( y que pase en el presente), debería de existir un control por parte del Banco de España. Así, se podría tomar como referencia las empresas que realizan emisiones de renta fija. Estas emisiones se realizan con un diferencial en función del riesgo que el mercado percibe de estas empresas. Asumiendo una serie de ratios de referencia, la situación de estas empresas podría extrapolarse a las operaciones de PYMES, aplicando el BdE una banda de diferenciales, a la que se podría añadir “bonificaciones” en función de las garantías que se aportasen. Esto, a parte de generar una selección natural, podría favorecer el des-maquillaje de cuentas que se realiza para un menor pago de impuestos, ya que ese maquillaje generaría un mayor coste de financiación.

jueves, 14 de mayo de 2009

Atragantón matinal


Esta mañana hemos desayunado con la caída interanual del 2,9% del P.I.B.. Si este dato, el peor registrado por el I.N.E., ya de por si da pavor, ver la evolución de este dato desde el segundo semestre de 2007 proporciona un vértigo temible. Sinceramente, me creo la teoría de los brotes verdes de la ministra de economía Salgado, del gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez y del gobernador del B.C.E., Trichet, pero, que quieren que les diga, tengo la sensación de que en España esos brotes son microscópicos.

Y lo peor de todo esto es que parte de este gran problema que tenemos se veía venir y no se actuó para atenuar esta situación. Si alguna de las medidas propuestas por el gobierno en el debate sobre el estado de la nación, como la eliminación de la deducción por la compra de vivienda, se hubiesen aplicado hace unos cuantos años, el tamaño de nuestra burbuja inmobiliaria hubiera sido bastante más pequeño y no habría generado semejante caída.

¿Y qué se puede hacer ante esta situación? Realmente, a corto plazo es complicado. Con un déficit tan abultado como el que tenemos y sin poder devaluar nuestra divisa, el gobierno tiene poco margen de maniobra. Las medidas presentadas esta semana resultan bastante interesantes. Y lo serían aún más si fuesen el inicio de un "macro plan" para re-estructurar el sistema económico nacional organizado por todas las administraciones, ministerios, partidos políticos y organizaciones sociales, planteando políticas de gasto racionales, políticas de inversión eficientes (es indispensable reorganizar la política estatal de subvenciones que, en gran número de casos, tan solo genera empresas y/o sectores que viven exclusivamente de ellas, lo que es inaceptable) y una racionalización del estado.

Sin embargo, me da la impresión de que esto no será así y solo veremos una política de parches que, si nadie lo remedia, nos tendrá en esta situación por una buena temporada...

lunes, 11 de mayo de 2009

Crisis, test y otras inyecciones

El pasado jueves 7 de mayo los mercados asistieron a la publicación, por parte de la Reserva Federal, de los test de esfuerzo que esta aplicó a los 19 bancos más importantes de los EE.UU. En los resultados de estos test se constataba que 10 de ellos necesitan una inyección de capital adicional de 75.000 millones de dolares para fortalecer sus cuentas ante un posible empeoramiento de la crisis financiera y económica que nos sacude desde hace 2 años.

Independientemente de la fiabilidad de estos test (como critica “un tal” Warren Buffet), ante esta situación, uno no puede dejar de pensar si realmente se está haciendo todo lo que se puede para salvar esta crisis tan grave y si lo que se está haciendo es lo correcto y necesario para salir de ella y evitar crisis como esta en el futuro.

Se ha identificado como causante último de esta crisis al excesivo endeudamiento a bajo coste que ha generado una burbuja financiera a nivel global de consecuencias impredecibles. Durante el inflado de esta burbuja, promovida por las entidades financieras a nivel global, se generó una negligente asunción de riesgos por parte estas, que desembocó en una pertinaz sequía, aún padecida, del mercado monetario. Esta sequía se ha generado por la desconfianza que provoca el que un banco conozca su verdadero agujero patrimonial (causado por las diversas “subprimes” generadas) pero no conozca los agujeros que tienen el resto de participantes de este mercado y, si no se ataja esta desconfianza, no se logrará que el dinero vuelva a fluir.

Lo hecho hasta ahora por las autoridades monetarias, a nivel global, no ha atajado de raíz este problema y cualquier cosa que se haga aparte de sacar a la luz cuál es la verdadera situación del sistema financiero global es una pérdida de recursos que pueden ser necesarios más adelante. Y es que el conocimiento de la realidad de estos pilares de nuestro sistema económico permitiría una óptima intervención en él, sosteniendo aquellas entidades que fuesen básicas o que, sin serlo, no estuviesen especialmente afectadas y dejando caer aquellas que estuviesen más afectadas. Porque, seguro, Lehman Brothers no será la única que desaparezca con esta crisis.

Dado que esta opción no se ha tenido muy en cuenta, seguiremos asistiendo a un carrusel global de ampliaciones de capital e inyecciones de liquidez que, salvo en contadas en excepciones, lo único que generarán es un mayor déficit de los estados y alargar la agonía de entidades “zombis” que, más tarde o más temprano, caerán.